No me creo ni más, ni menos de lo que soy. Ni soy guay, ni me lo creo,
ni quiero serlo, porque ¿Qué es ser guay? ¿Llevarte bien con todo el
mundo? Eso es de hipócritas, ¿Llevarte mal con todos? Eso es de
subnormales. Hoy en día para ser guay hay que ser una cabrona e ir
pegando por ahí a todo el mundo, o ser una puta y llamarselo a otras, o
pegar a alguien por serlo. Solo llevarte con los otros cuatro que son
iguales que tú y no aceptar ni respetar a nadie más, fumar, beber de
más, decir que eres diferente y seguir las modas igual que todos. Hay
que ser la que más grita y a la que todo el mundo da la razón, pero la
mayoría de las veces amigos tiene pocos y todos iguales, saber cotilleos
de todos y que todos cuenten los tuyos, y básicamente eso. Opinar sin
saber y actuar sin pensar.
Obviamente ni soy guay, ni me lo creo, ni quiero serlo.
Para que las palabras no se las lleve el viento [...]
domingo, 31 de agosto de 2014
miércoles, 27 de agosto de 2014
Vuelven a ti como el asesino vuelve al lugar del crimen.
Me invaden la rabia y la frustración.
Me tiemblan las manos y me arden las mejillas, el color rojo las alcanza con una rapidez asombrosa.
Las lágrimas brotan de mis ojos y resbalan por mis mejillas, quiero gritar, quiero gritar y sacar todos esos sentimientos fuera, estoy cansada de sentarme en silencio y pensar a gritos, estoy cansada de la gente que solo juzga, quieren cambiarte para no tener que cambiar ellos, quieren que te sientas culpable de ser como eres, te declaran culpables y se sienten víctimas, ¿victimas de qué? Tal vez el asesino sea tan solo una víctima constante. Sin embargo no les basta con arrancarte la autoestima, quieren sobresalir por encima, quieren que seas su escalera para llegar a lo más alto, quieren pisarte. Y vuelven. Vuelven a ti como el asesino vuelve al lugar del crimen.
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